El dióxido de carbono es un gas incoloro, inodoro, no tóxico, inodoro, químicamente estable y económico. Es líquido bajo temperatura y presión normales, y su densidad es más alta que la del aire (aproximadamente 1.3). Puede disolver en agua para formar bebidas carbonatadas; Es fácil licuar y liberar mucho calor; Cuando se quema, genera agua y dióxido de carbono. Los compresores de CO2 toman dióxido de carbono, que es un gas a temperatura y presión normales, y aplican alta presión para convertirse en fluido en un estado crítico. El fluido se envía al área que debe enfriarse, y el fluido se evapora y absorbe mucho calor, logrando el enfriamiento.